Aficiones

Música Clásica

Empezó su afición por la música clásica y a coleccionar discos long play (acetato) desde su época universitaria en Nueva York, en los años 40s.  Allí descubrió a las grandes orquestas como el NY Philarmonic, Boston Pops, y hasta grandes bandas de swing como Glen Miller, que ofrecían conciertos a bajo costo y disfrutaba asistir con frecuencia, la gran mayoría de veces, con Finita, su novia desde 1943.  

Vendió su primera y ya buena colección de discos de 33 revoluciones, para salir a Venezuela a su primer trabajo luego de haberse graduado de Arquitectura.  Fue acompañado de su flamante esposa, Finita Villalobos, luego de su matrimonio en Noviembre 3, 1945.  

Cuando en 1948 regresó a su país de origen, Ecuador, y durante las dos siguientes décadas, compraba discos de acetato en Quito, pero eran difíciles de encontrar y costaban mucho por ser importados.

Durante la década de los 60s, su tienda favorita era una de sólo discos:  TOWER RECORDS en Washington DC. Fue durante estos 8 años cuando acumuló la mayor cantidad de sus casi 4.000 discos Long Play que tuvo hasta unos pocos años antes de morir pues obsequió su vasta colección a la Universidad Simón Bolívar, ubicada en calle Toledo, Quito.  Cuidadosamente exhibida  en una sala pequeña, nombrada MUSICOTECA SIXTO DURÁN-BALLÉN, está abierta al público para poder escuchar individualmente y disfrutar plenamente estas grabaciones especiales de orquestas clásicas de diversas partes del mundo.  

En los años 70s y 80s, su gusto por este género musical lo compartió en espacios radiales en Radio Bolívar, Radio Clásica, y Radio HOY, en un programa que Sixto lo denominó MUSICA OLVIDADA.  Narrado y presentado por él mismo, disfrutó de esta actividad de «Disc Jockey de Música Clásica», como él se describía, durante 13 años.  La mayoría de dichas grabaciones, las podemos apreciar aquí en este link. 

https://www.youtube.com/channel/UCVXJCSSWlX5lOS8ZrT_e4dg

Sixto Durán Ballén
Sixto Durán Ballén

Sellos Postales Del Mundo

Palabras de Sixto Durán-Ballén tomadas de entrevista con Alicia Durán-Ballén V., en 2011: 

«En 1929, entré al tercer grado en el Pensionado La Salle de Quito. Algunos de nuestros profesores eran sacerdotes europeos y, uno de ellos, el Hermano Pedro, profesor de geografía, era de Luxemburgo; con el afán de ampliar nuestros conocimientos de otras partes del mundo, nos mostró sellos postales de las cartas de sus familiares de su país. 

Me llamaron mucho la atención las diversas y coloridas representaciones de ciudades, paisajes, arte, y mapas en tan pequeñas imágenes. Tanto me gustaron que empecé a colocarlas en un cuaderno que dediqué solo para estos sellos postales. Pasé muchos recreos con algunos compañeros que también habían empezado a coleccionarlos.

Cuando cumplí 12 años, recibí un regalo que mi padre me envió desde Nueva York : un álbum oficial de coleccionista de estampillas.  ¡Qué alegría tener un álbum “de verdad”!  Desde ese día, hasta hoy, a mis 90 años, he pasado largas horas muy a gusto llenando los más de 100 álbumes que tengo de más de 40 países.  Me especialicé en ciertos países del continente americano, y de Europa,  tales como España, Reino Unido, Luxemburgo, Vaticano, Islas Faroe; además, de Nueva Zelandia, Australia, EEUU, Canadá, y también Israel. ¡Por supuesto que Ecuador es del país que más estampillas tengo!  Me ha fascinado siempre este hobby por lo mucho que se aprende de cada país, y porque, en el principio, cuando era jovencito en los años 1930s y 40s, uno se hacía miembro de clubes filatélicos y podíamos intercambiar estampillas, lo cual me dío oportunidad de formar muchas amistades en muchas regiones del mundo, amistades que han perdurado hasta hoy.»