Funeral

Sixto Durán Ballén

El funeral de Sixto Durán-Ballén fue el funeral de Estado del trigésimo noveno presidente constitucional de Ecuador y doceavo alcalde moderno de Quito. 

Según expresos deseos de Durán-Ballén, las honras fúnebres se realizaron en el Salón de la Ciudad del Palacio Municipal de Quito.

Sixto Durán-Ballén Cordovez falleció a los 95 años por causas naturales, mientras tomaba su acostumbrada siesta en su domicilio. El deceso ocurrió a las 17:15 del 15 de noviembre de 2016. El traslado del féretro al Salón de la Ciudad se realizó la mañana del 16 de noviembre con una caravana motorizada desde la Funeraria Girón, en el centro-norte de Quito, hasta el Palacio Municipal, en el Centro Histórico

Sixto Durán Ballén

El traslado del féretro al Salón de la Ciudad se realizó la mañana del 16 de noviembre con una caravana motorizada desde la Funeraria Girón, en el centro-norte de Quito, recorriendo varias calles hasta el Palacio Municipal, en el Centro Histórico. El cortejo oficial que trasladó en hombros el ataúd estuvo formado por militares, policías municipales y bomberos, que fueron recibidos con el grito de «¡Ni un paso atrás!» por varios ciudadanos congregados en el lugar para despedir al expresidente.

 

El Estado ecuatoriano decretó tres días de luto nacional con los respectivos honores que manda el reglamento de ceremonial público en caso de fallecimiento de un expresidente de  la República, que incluye el pabellón nacional izado a media asta en todos los edificios del país.

Sixto Durán Ballén

Los actos en el Salón de la Ciudad se mantuvieron hasta las 14:25 del día viernes 18, cuando terminó la ceremonia de exequias presidida por el obispo castrense y secretario de la Conferencia Episcopal Ecuatoriana, monseñor René Coba Galarza; luego de lo cual el féretro fue trasladado en hombros por seis elementos del Cuerpo de Bomberos, Policía Metropolitana y Agentes Metropolitanos de Tránsito mientras se tocaba el Himno a Quito para despedirlo.

 

La ceremonia religiosa se efectuó en la Catedral Matropolitana, con todos los honores que le corresponde a un ex mandatario de la república.

Entre los asistentes al velorio estuvieron dignidades de la cúpula policial y algunos miembros del Gabinete durante su Presidencia, como José Gallardo Román, ministro de Defensa; Carlos Larreátegui, secretario de la Administración Pública; Jorge Pareja Cucalón, ministro de Recursos Naturales; Francisco Acosta, ministro de Energía; y Pedro López, ministro de Obras Públicas.
 

El cortejo recorrió una calle de honor formada por los Granaderos de Tarqui hasta el Monumento a la Independencia en la Plaza Grande, donde fue entregado a oficiales de las Fuerzas Armadas que le rindieron un homenaje por la generación de combatientes en la Guerra del Cenepa: «Aquí yace el hombre que supo qué son y para qué sirven los soldados. Los soldados de aire, mar y tierra rendimos los honores de rigor al expresidente y en algún lugar del firmamento infinito están los héroes de la patria, los combatientes de Cenepa, y están formando para recibir al embajador que lleva las cartas credenciales de la dignidad y la gratitud». 

Allí la banda musical de la Fuerza Aérea interpretó el Himno Nacional del Ecuador mientras la ciudadanía vitoreaba nuevamente la frase «¡Ni un paso atrás!».

Posteriormente el cortejo avanzó hasta el ingreso lateral de la Catedral Metropolitana para ingresar al templo, donde el arzobispo de Quito Fausto Travez ofició una misa de cuerpo presente junto a la familia, autoridades e invitados especiales, aunque no asistió ningún representante del Gobierno de Rafael Correa. 

El cortejo fúnebre se dirigió hasta la iglesia de Santa Teresita en el sector de La Mariscal, donde se dispararon 101 salvas antes de que el ataúd ingrese para el entierro privado en la cripta de la iglesia.

Finalmente, a las 16:00 los restos de Durán-Ballén salieron nuevamente a la Plaza Grande, donde recibió el adiós de la ciudadanía y la tierna última mirada de su compañera de toda la vida, Finita,  al ser llevado en brazos por seis miembros de las Fuerzas Armadas. 

Sixto Durán Ballém